Mi madre tiene un nuevo teléfono móvil, ahora puede comunicarse e interactuar con sus amigos y familiares en las redes sociales. Antes no le importaba o no era su prioridad, pero una sociedad que te obliga a estar conectado a la tecnología, los ordenadores y la web; de una forma u otra empiezas a darte cuenta de que debes caer en las redes postmodernas. Ahora se acuesta tarde charlando, como una adolescente enamorada hablando con mi padre, y me envía memes, noticias e información sobre el COVID-19. Un día me envió un mensaje a través de Whatsapp sobre plagas y cuarentenas pasadas como la peste negra, el cólera y la gripe española, cuando leí que ella recordaba que el tiempo no es lineal, que en realidad es una red de causas y efectos, la información iba acompañada de imágenes de la época; mirando esas escalas de gris, blanco y negro, mujeres y hombres con boquillas, y mirándome a mí y a mi contexto, reforcé el hecho de que el tiempo, la historia y la naturaleza son como neuronas conectadas, nada es sólo porque y nada es sólo porque. Como el propio collage, la vida se reitera, refuerza la monotonía, se repite y se reinventa a partir del caos, así que en tiempos de cuarentena postmoderna me di a la tarea de combinar imágenes que captaran ese pensamiento; mostrando un universo de ventanas digitales donde se puede observar una serie de collages que con humor, farsa y carnaval buscan mostrar claramente lo absurdo que puede ser el confinamiento del 2020. 

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Como leitmotiv visual que une los más de cien diseños de la colección CUARENTENA DIGITAL, la portada del periódico colombiano "EL DIARIO MONTAÑES" de 1918 que anuncia la llegada de la gripe española a Santander, la utilizo para crear una analogía visual de la evolución de la información a nivel mundial, amarillista, tecnológica, oportunista, caótica y desinformativa.  El número de la pieza representa los días desde el 1 de enero hasta el número de collage 365, que simboliza el año 2020.  El concepto hace que la colección se asemeje a las páginas de un periódico poético que anuncia una imagen diaria, lo que la hace atractiva en contraste con las imágenes de memes irónicos, bacterias coloridas, ilustraciones medievales sobre la muerte y la peste, fotografías de mí como persona y como mi alter ego gatoqladra, de conocidos y amigos que viven en las calles de la desolada ciudad de Barranquilla. Trabajando con los hilos del tiempo, trato de hacer reconocible el verdadero virus: nuestra mente, la lucha entre la razón y la irracionalidad, el bien y el mal, lo humano y lo inhumano. Por lo tanto, la imagen de la bacteria que destaca e infecta toda la colección es una rosa, similar al color que tenemos como imaginario colectivo de un cerebro. Sus frutos ideológicos y conceptuales, como lo religioso, lo dividido, la idolatría, la Pascua, la guerra, el sistema, la economía, la industria, el consumo, la vanidad, la conspiración, el marketing, lo viral, lo tecnológico y la historia del arte, acompañan a las ilustraciones que manejan un modelo entre el cuadrado y el rectangular, que representa el sistema cuadrado, las formas de nuestras casas o el metro cuadrado que cada persona ocupa en la existencia y las nuevas condiciones sociales de no "cruzar la línea" del otro.

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Las líneas recrean de la misma manera los marcos de nuestras ventanas, las rejas de las prisiones o el marco de un cuadro, colocando los cuadrados de diferentes tamaños de forma descendente en algunas piezas, desde el gran marco del contorno hasta el pequeño cuadro del centro del diseño, recrean la ilusión de ondas que permiten profundidad y perspectivas como si fueran cajas, pasillos o portales abiertos a un universo abstracto como los televisores, ordenadores, portátiles, tabletas o el teléfono móvil de mi madre.  

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